
En 2017, la compañía japonesa Nintendo sacaba al mercado su consola Switch, un éxito rotundo que, a pesar de un inicio con pocos exclusivos, rápidamente consolidó su catálogo.
Es más, su naturaleza portátil, precio competitivo y amplia disponibilidad de juegos la convirtió en una opción muy atractiva.
Aún así, para aquellos que buscaban alternativas más económicas, surgieron emuladores y, por supuesto, la posibilidad de adquirir consolas desbloqueadas.
Pero, ¿qué fue lo que pasó? Precisamente en Japón, un hombre fue sentenciado por vender Nintendo Switch modificada, un caso que, según las conclusiones del tribunal, podría considerarse afortunado.
La piratería y la resistencia de Nintendo
Se sabe que, una vez que es lanzada una nueva consola, la comunidad de hackers y desarrolladores se activa en busca de exploits para eludir su seguridad.
¿El objetivo? Es claro: desbloquear el dispositivo y acceder a juegos de forma gratuita. De hecho, la piratería ha sido una constante en la historia de las consolas, y las de Nintendo, incluida la Switch, no han sido una excepción, siendo relativamente sencillas de modificar.
Fumihiro Otobe: Un caso con final inesperado
Casi 8 años después de su lanzamiento y, aunque haya salido al mercado la Switch 2, el interés por la primera consola sigue vigente, especialmente en Japón, donde se ha vendido una cantidad considerable.
No obstante ello, es aquí cuando entra en escena Fumihiro Otobe, un hombre de 58 años que fue arrestado en marzo de 2024 y condenado por vender consolas Nintendo Switch modificadas.
Según la investigación, Otobe alteraba las placas base de las consolas originales para que ejecutaran juegos piratas. Luego de verificar su funcionamiento, vendía los componentes por 195 dólares, incluyendo de regalo 27 juegos.
La suerte de Fumihiro: Suspensión de la sentencia
Si hay algo que siempre ha destacado a Nintendo por encima de las demás compañías de videojuegos, es que ha demostrado ser implacable con sus antipiratería, no solo eliminando emuladores, sino también persiguiendo a quienes venden consolas y juegos ilegalmente.
Un ejemplo notorio fue el de “GaryOPA”, miembro del grupo Team-Xecuter, quien en 2021 enfrentó 40 meses de prisión y una multa de 14,5 millones de dólares a Nintendo (aunque fue liberado a los 14 meses por buena conducta).
En cuanto a Fumihiro Otobe, la situación fue diferente, ya que el tribunal japonés decidió suspender la sentencia de dos años de prisión por un período de tres años.
Ahora, ¿qué significa esto? Que si no comete más delitos durante ese tiempo, evitará la cárcel. Además de ello, la multa impuesta fue solo de 500.000 yenes, equivalente a unos 3.100 euros.
En resumen, este veredicto marca un precedente interesante en la lucha de Nintendo contra la piratería, planteando la pregunta: ¿Fue una muestra de clemencia o una estrategia para disuadir futuras infracciones con un castigo más moderado?
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(S.M.C)